martes, 28 de enero de 2014

CAPITÁN PHILLIPS: EL MOLESTO DEBER CIUDADANO


No pensaba escribir sobre esta película, aunque hubo ciertos puntos de la historia que llamaron mi atención no a modo de sorpresa, sino como una fuerte reafirmación de que la industria necesita mantener su discurso cívico e irlo renovando de acuerdo al momento histórico. Capitán Phillips es una apología al deber más anquilosado y latero de esta industria.  

El film actualiza el relato de los piratas. Aunque esta vez dejamos las inocuas aguas caribeñas de Disney, para navegar por las conflictivas aguas internacionales cercanas a la costa somalí. Zona donde -nos dicen- varios barcos cargueros han sido emboscados por piratas. Un antecedente que preocupa a Richard Phillips (Tom Hanks), capitán del buque de carga “Maersk Alabama” que se prepara para navegar por el cuerno de África. Evidentemente el barco se transforma en blanco de un grupo de piratas liderados por Abduwali Muse.

Capitán Phillips –hasta el momento con más nominaciones que premios- está basada en una historia real, y ojo que a la Academia le gustan este tipo de films, como que engrandecen al relato y lo vuelven algo serio… Porquerías sensibleras. Bueno, en esta nómina tienen para regodearse de realidad con 5 de las 8 nominadas a Mejor película, sacadas de la vida real. Esta específicamente es una adaptación del libro A captain's duty (El deber de un capitán) escrito por Stephan Talty y el mismísimo capitán Phillips, quien fue tomado como rehén el 2009.

La película, filmada a modo de documental con una cámara que siempre está temblorosa y cercana a sus personajes, apela de lleno al realismo de la acción, donde un preocupado capitán Phillips se hecha al hombro toda la responsabilidad y antepone los intereses de su patria a sus intereses personales y el de sus compañeros, por salvaguardar a toda costa el cargamento en cuestión. Este punto se vuelve aún más relevante cuando nos enteramos que estos piratas osan de interrumpir la labor solidaria de Norteamérica, esa que consiste en entregar comidas y víveres a los mismos países que antes invadieron.

Hay en este retrato, unos los piratas (y terroristas porqué no), que son dibujados como personajes violentos, desequilibrados y desesperanzados. El determinismo es concluyente: el haber nacido en un país tercermundista te condiciona a ser pobre, ladrón y asesino. “¡Tú no eres un pescador!” Le increpa Hanks en la cara a Muse. Pero ojo, que siempre está el anhelo de la tierra de la libertad, América.

Ahí es cuando la historia adquiere aun más ribetes realistas al saber que el actor que interpreta a Muse, Barkhad Abdi, manejaba una limusina hasta que quedó seleccionado en el casting para hacer de líder de los piratas somalíes; actualmente está nominado a Mejor actor de reparto. ¡El sueño americano no sólo se filma, sino que existe gente!.

Un thriller de principio a fin que no oculta en su trama giros sorpresivos, sino que en cada minuto reafirma esa historia oficial: no importa qué tan trastornada quede la cabeza de nuestro héroe, la memoria cívica se nutre de actos de este tipo, y así se constituye una especie de “sanidad” mental.

FICHA TÉCNICA Título Capitán Phillips Director Paul Greengrass País Estados Unidos Año 2013 Duración 135 min. Género Thriller, Drama Reparto Tom Hanks, Barkhad Abdi, Mahat M. Ali, Barkhad Abdirahman Productora Columbia Pictures

lunes, 20 de enero de 2014

ESCRIBIR DE CINE: UN BREVE ESCRITO SOBRE NUESTROS PRINCIPIOS



Quizás hoy en día escribir de cine parezca algo obsoleto y obstinado. Una actividad algo caprichosa que pareciera ir dirigida… a nadie. ¿Cuántos de ustedes han leído una entrada completa en este blog?... ¿O en algún otro blog de cine?

Quizás hoy en día hacer “crítica” de cualquier cosa sea llenarse de caca para luego llenarse moscas. Es que sí, el campo -al menos en este lugar del mapa- está algo lleno de pedantería y estructuralismo. Una zona donde las películas son reducidas con mucha facilidad a una insípida nota. Hay que reivindicar la labor del crítico aunque algunos griten desde su cómoda trinchera irónica: “¡los tontos graves!”.

No queremos estancarnos en el simple comentario o reseña de cine, ni tampoco dar juicios valóricos que replican una y otra vez el modelo dominante. No queremos caer en el relativismo de decir: “es que en gustos no hay nada escrito”; Hay que hacer crítica porque el pensamiento crítico ES necesario.

Creemos en la difusión de una cultura cinematográfica. Una que está dialogando con su contexto, y no precisamente por eso, deba llevarse la etiqueta sesgada de estar “politizada”.

Entonces, escribir de cine ahora no sólo parece una actividad caprichosa como al principio, sino también una actividad injusta. En ese preciso momento es cuando nace la imagen de Baltasar, el personaje que hace 48 años atrás fue creado por Bresson. Un burro -¡qué animal más menospreciado que el burro!... (las ratas tal vez)- que comenzó su vida dichoso como las películas de Spielberg, pero que al pasar el tiempo fue perdiendo la fantasía. Es lo que te tocó vivir Baltasar, parece decir el título del film. Injusticia azarosa.

Con nuestra palabra queremos darle su redención, y de pasada, molestar un poco más que el resto.

jueves, 16 de enero de 2014

BLUE JASMINE: UN CUENTO SIN HADAS


Siempre he preferido el Woody Allen humorista y surreal, pero cuando aparece con este drama tan propio de su momento, no hay que demandarle ni chistes ni zonas fantasiosas. Es que con este filme le da con el palo al gato (que dicho más cruel)… Blue Jasmine es una película que podría definirse como la hija perfecta-bastarda de este tiempo: dinero, apariencias y antidepresivos.

Jasmine (Cate Blanchett) es una mujer neoyorquina de la alta sociedad que de un día para otro, queda sin nada luego de que el Estado le arrebatara todos sus bienes debido a las estafas practicadas por su marido (Alec Baldwin). Desesperada e inútil, viaja a San Francisco a vivir con su hermana Ginger (Sally Hawkins), una cajera de supermercado que vive en un pequeño departamento.

Es bien sabido que en el cine de Allen abundan los personajes de las clases más altas: aristócratas, artistas compungidos, burgueses, la elite del buen gusto y del protocolo desmedido. Es su hábitat, su pecera más cómoda, y en este trabajo no es la excepción. Sin embargo, acá se atreve a sacar a su personaje de la pecera donde está, para colocarlo en un estanque de poco agrado para ella; Blanchett personifica con maestría el miedo de las clases dominantes a la pobreza; un Oscar para ella.

Con una mezcla de neurosis, alcoholismo y drogas psiquiátricas, Jasmine se refugia en el recuerdo para sobrellevar el terrorífico cambio de vida; tendrá que trabajar de secretaria y estudiar computación ¡al mismo tiempo!. Por ese motivo el relato se va contando por medio de flashbacks, para contrastar la forma de vida anterior y la situación actual de la protagonista.

La memoria parece ser lo único que hace soportable la vida tediosa alrededor de la gente común. La chica elegante fue sacada de su “jaula de oro” (ocupando un término de Bukowski), para tener que vivir en el hogar de su hermana, pero por muy hogareño que parezca, los 32 metros cuadrados de vivienda parecen asfixiar a Jasmine, que constantemente tiene que escuchar cada sonido salido de las habitaciones contiguas de tipos que ni con 200 años de vida, llegarán a ser como lo que ella fue.  
          
Su cuerpo y su rostro hacen una mueca de horror ante un entorno que le parece salvaje: el amigo “bajito” de su hermana insiste en tener una cita con ella, sus sobrinos le disparan con sus pistolas de juguete y su jefe la acosa. Todo parece tan terrible que los crímenes de su esposo (fraude, especulación, estafa, y todos los malabares financieros realizados desde posiciones de poder), son naturalizados y aceptados en pro del progreso.

Woody Allen nos entrega un filme crepuscular, al borde de una crisis de pánico y aun así, con ligeras notas de un humor oscuro y resignado. Blue Jasmine es  una reflexión profunda que revela los desequilibrios de una mujer, que bien podrían ser, los desequilibrios de la sociedad misma.

FICHA TÉCNICA Título Blue Jasmine Director Woody Allen País USA Año 2013 Duración 98 min Género Drama Reparto Cate Blanchett, Alec Baldwin, Sally Hawkins, Bobby Cannavale Productora Sony Pictures / Gravier Productions / Perdido Productions


lunes, 6 de enero de 2014

ONLY GOD FORGIVES: SIN PERDÓN



Cuando se estrenó Drive en el 2011 rápidamente se posicionó, sin lugar a dudas, como una de las mejores de aquel año. Es que muchos aún no podemos olvidar sus frenéticos minutos finales, precisos y agudos. Entonces, la noticia de que se vendría un nuevo trabajo del realizador danés, no sólo creó las expectativas de que íbamos a tener algo parecido a Drive, partiendo de que compartían el mismo actor como protagonista, sino que, indudablemente, podríamos enfrentarnos a un trabajo más elaborado y más exquisito que lo realizado anteriormente por Nicolas Winding Refn… Only God Forgives llegaba con la promesa de su antecesora, aunque estuvo muy lejos de alcanzarla.

Ryan Gosling interpreta a Julian, un fugitivo que vive en Bangkok y lleva un club de muay thai que le sirve como tapadera para vender drogas. Una noche, su hermano mayor Billy, viola y asesina a una joven prostituta. Producto de esta acción, él también será asesinado por el padre de la chica. La madre de ambos viaja a Tailandia y le recalca a Julian su deber de venganza, que involucra directamente a Chang, un policía retirado con aires de justiciero.        

Only God Forgives es una producción francesa, escrita y dirigida por un danés, hablada en gran parte en inglés, cuya trama transcurre en un país asiático. Pero la multiculturalidad es lo que menos resalta del filme, enfocándose principalmente en el retrato preciosista y a la vez violento, de los barrios clandestinos de Bangkok.

Con zonas que recuerdan a Lynch en su extrañeza y a Gaspar Noé en su fotografía, Only God Forgives presenta una impecable cinematografía; Probablemente sea lo único que te mantiene frente a la pantalla, ya que a pesar de su corta duración, el filme se vuelve interminable, especialmente con el abuso de la cámara lenta (tan propio de este siglo) que parece esconder el disimulado vacío del relato.

La venganza y la violencia son las temáticas fuerza que guían la narración, pero nacen del capricho oscuro de Billy, un personaje que a pesar de su efímera aparición, impulsa toda la acción del relato.

Desde ahí, el filme se interna en un juego donde la dominación materna se hace presente como una sombra que sugiere incesto, dependencia y poder. Mientras que la dominación masculina parece encontrar el goce en todas las mujeres que parecen maniquíes, listas para ser golpeadas, y que por su profunda estetización son reducidas a un mero decorado kitsh. La misoginia surtida del filme es de mal gusto y profundamente embellecida.

Tal vez la figura del reformador Chang llegue a ser lo más interesante de la película, en comparación con el anodino Julian; lo que en Drive era un Gosling silente y totalmente contenido, hoy parece tragarse sus palabras porque no tiene nada interesante que decir.

Finalmente, Only God Forgives es un trabajo con tintes de tragedia, forzado y superficial, un imperdonable dentro de la filmografía de Refn, que ni siquiera con unos caños (como he leído por ahí) se puede llegar a pasar.


FICHA TÉCNICA Título Only God Forgives Director Nicolas Winding Refn Año 2013 País Francia Reparto Ryan Gosling, Kristin Scott Thomas, Vithaya Pansringarm, Rhatha Phongam Productora Gaumont / Wild Bunch

viernes, 3 de enero de 2014

A PROPÓSITO DEL ROL SOCIAL DE ELYSIUM


Elysium
Neill Blomkamp
2013
USA


Seamos sinceros. Desde Eisenstein, Welles, Dreyer o Bresson, el cine como arte que dialoga constantemente con su entorno, ha puesto desde el discurso y la técnica elementos de vanguardia que vienen a perpetuar, validar, evidenciar o rivalizar contra los sistemas imperantes. Entendido el trabajo cinematográfico como un ente vivo y simbiótico que no sólo busca representar una realidad, sino que la interpela. Pero seamos más sinceros. Desde cuándo comenzamos a interesarnos por las realidades de los que viven junto a nosotros.