miércoles, 26 de junio de 2013

THE GRANDMASTER - LAS ALTAS ARTES MARCIALES


Yut doi jung si (The Grandmaster)
Wong Kar-Wai
2013
Hong Kong

“El kung fu es una competencia de detalles. Si rompo algo, tú ganas”

Es la promesa que proclama Ip Man antes de uno de sus enfrentamientos, y parece ser la misma promesa que nos dice Wong Kar-Wai al inicio de The grandmaster. Una proposición que es cumplida con creces; el filme es tan cuidado que incluso en las escenas más violentas nos trata con delicadeza. Un trabajo impecable.  


Voy a partir confesando que la obra de este director hongkonés siempre me ha causado cierta molestia por esa abnegada intención de estetizar en demasía sus filmes, es tan grande el poder visual que entrega que simplemente se come todo lo que la contiene. Un esteticismo depredador que se detiene en si mismo casi con un afán narcisista de contemplarse eternamente. Sin embargo, The grandmaster, a pesar de que no abandona la estética preciosista de Wong Kar-Wai, encuentra un nido reproductor para sus imágenes que sí trasciende en un sentido más allá de la belleza: la filosofía de las artes marciales.


The grandmaster está catalogado como un biopic y nos va relatando la vida de Ip Man (Tony Leung), conocido por ser el maestro de Bruce Lee. Ip Man es un hombre nacido en el seno de una familia adinerada que se ve desprendido de su comodidad y patrimonio cuando comienza el conflicto chino-japonés. Motivo que hace que el filme transite por el contexto socio-político que inundaba a la China desde la década del 30 hasta el 50, insertando a Ip Man en un entorno de supervivencia, fuera de su realidad.

Tony Leung interpreta con viveza a su personaje. Su apacibilidad es imperturbable y desde el guión encuentran los puntos exactos para no transformarlo en un ideal, una utopía, sino hubiese caído en el mismo error que pasó con el Lincoln de Spielberg; un personaje sin asperezas, demasiado perfecto como para recordarlo. Aparte que a su lado cuenta con la aparición de Zhang Ziyi que interpreta a Gong Er, una luchadora hija del maestro de artes marciales del Norte, que vendría siendo la antípoda de Ip Man. Toda la apacibilidad del protagonista es ensuciada con el personaje de Gong Er, que ayuda a equilibrar el relato que transita entre la espiritualidad del maestro y la carnalidad de la muchacha.



Las escenas de lucha son el manjar de la película. Haciendo uso de la cámara lenta Wong Kar-Wai nos posiciona en los escenarios y hace los malabares que mejor sabe. Se siente la textura de la batalla, el movimiento (o baile) de los cuerpos y de los objetos. Dinamismo, pura cinética… ¿Recuerdan la escena de lucha entre Neo y el Agente Smith bajo la lluvia? The grandmaster comienza con una escena similar, sólo que esta es una acción poética que constantemente nos hace recordar la frase inicial: El kung fu es una competencia de detalles.    


Pero The grandmaster no sólo queda en las buenas escenas de artes marciales, sino que logra integrar temas como el honor y la tradición, el punto más interesante de la trama, cuestiones que finalmente logran converger en enfrentamientos físicos. Un filme disciplinado, por sobretodo disciplinado, que rescata la paciencia y la reflexión, tesoros inagotables de la cultura oriental.  





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