Life of Pi
Ang Lee
2012
Estados Unidos
Desde su colorida presentación de
títulos nos preparamos para asistir a un notable espectáculo visual. Colores
impecables, planos cuidadosamente construidos (pensada fielmente para el 3D),
pero con una historia que a ratos parece aflojar. Con momentos
espectaculares y otros que rozan la obviedad y los lugares comunes.
Life of Pi se centra en la vida de Piscine
Molitor Patel (Pi), un chico que abraza diferentes religiones y que se ve
envuelto en una aventura extraordinaria al transformarse en un náufrago en
medio del Pacífico luego de que el barco que lo transportaba a él y su familia
se hundiera en el océano. Pi queda a la deriva en una balsa de rescate junto a
un tigre de bengala, Richard Parker, quien pertenecía al zoológico de su padre.
Contada en primera persona a
través de la narración del mismo Pi -ya de adulto- a un escritor en búsqueda de
una historia, es tal vez el mayor pecado del film. Lo que intenta ser una
especie de relato basado en la fe de su receptor, casi como las historias que
te contaba tu abuelo, se vuelve un lugar común dentro de lo exótica que es
la historia relatada. Pierde su carácter mitológico. Cada vez que salen de
la historia para volver al presente se derrumba la espectacularidad creada con
anterioridad. El personaje del escritor es casi gratuito, mientras que Pi
(adulto) no es más que un altavoz que reconstruye el pasado… Es la excusa de
contar una historia. Sin embargo, la aventura de Pi no necesita argumentos
para contarse desde la boca de otro personaje (sí, aunque sea el mismo),
simplemente se cuenta.
Pero centrémonos en el
acontecimiento épico de Pi, el cual logra revivir a cada minuto la magia cine
postmoderno con una orquesta de efectos especiales que la dotan de un
hiperrealismo que te hace decir: Guau!.
Ang Lee es un camaleón bien
asentado en cualquier entorno. Y hoy día nos trae una película variopinta que
posee más de un corazón por decirlo de alguna manera. Por un lado tenemos la
entereza del protagonista, la personalidad fuertemente retratada del felino
Richard Parker y, el entorno marítimo que logra imponerse como el principal
obstáculo para sus personajes (o tal vez de unión).
Pero este trabajo “orgánico” no
hubiese sido posible gracias a su director de fotografía Claudio Miranda. La
nitidez de sus tonalidades le suma en preciosismo, acercándolo a lo que
hace Robert Yeoman en las películas de Anderson, sin la misma simetría
obviamente.
Life of Pi es una historia que mezcla la
particularidad de su guión con la posibilidad de recreación de ese mismo guión.
Recordemos que está basada en la novela de Yann Martel.
Richard Parker es entrañable. Y la
historia se encarga de profundizar en la naturaleza animal, tal como las
cavilaciones de Herzog en Grizzly Man (guardando las proporciones
realistas).
Una entretenida película de
aventuras donde no importa si la historia es creíble o no, sólo es cuestión de
fe.