martes, 29 de enero de 2013

UNA AVENTURA (CASI) EXTRAORDINARIA




Life of Pi
Ang Lee
2012
Estados Unidos
Desde su colorida presentación de títulos nos preparamos para asistir a un notable espectáculo visual. Colores impecables, planos cuidadosamente construidos (pensada fielmente para el 3D), pero con una historia que a ratos parece aflojar. Con momentos espectaculares y otros que rozan la obviedad y los lugares comunes. 

Life of Pi se centra en la vida de Piscine Molitor Patel (Pi), un chico que abraza diferentes religiones y que se ve envuelto en una aventura extraordinaria al transformarse en un náufrago en medio del Pacífico luego de que el barco que lo transportaba a él y su familia se hundiera en el océano. Pi queda a la deriva en una balsa de rescate junto a un tigre de bengala, Richard Parker, quien pertenecía al zoológico de su padre.

Contada en primera persona a través de la narración del mismo Pi -ya de adulto- a un escritor en búsqueda de una historia, es tal vez el mayor pecado del film. Lo que intenta ser una especie de relato basado en la fe de su receptor, casi como las historias que te contaba tu abuelo, se vuelve un lugar común dentro de lo exótica que es la historia relatada. Pierde su carácter mitológico. Cada vez que salen de la historia para volver al presente se derrumba la espectacularidad creada con anterioridad. El personaje del escritor es casi gratuito, mientras que Pi (adulto) no es más que un altavoz que reconstruye el pasado… Es la excusa de contar una historia. Sin embargo, la aventura de Pi no necesita argumentos para contarse desde la boca de otro personaje (sí, aunque sea el mismo), simplemente se cuenta.

Pero centrémonos en el acontecimiento épico de Pi, el cual logra revivir a cada minuto la magia cine postmoderno con una orquesta de efectos especiales que la dotan de un hiperrealismo que te hace decir: Guau!.

  


Ang Lee es un camaleón bien asentado en cualquier entorno. Y hoy día nos trae una película variopinta que posee más de un corazón por decirlo de alguna manera. Por un lado tenemos la entereza del protagonista, la personalidad fuertemente retratada del felino Richard Parker y, el entorno marítimo que logra imponerse como el principal obstáculo para sus personajes (o tal vez de unión).

Pero este trabajo “orgánico” no hubiese sido posible gracias a su director de fotografía Claudio Miranda. La nitidez de sus tonalidades le suma en preciosismo, acercándolo a lo que hace Robert Yeoman en las películas de Anderson, sin la misma simetría obviamente.

Life of Pi es una historia que mezcla la particularidad de su guión con la posibilidad de recreación de ese mismo guión. Recordemos que está basada en la novela de Yann Martel.

Richard Parker es entrañable. Y la historia se encarga de profundizar en la naturaleza animal, tal como las cavilaciones de Herzog en Grizzly Man (guardando las proporciones realistas). 

Una entretenida película de aventuras donde no importa si la historia es creíble o no, sólo es cuestión de fe.   


2 comentarios:

  1. A mí, precisamente, es que esa 'cuestión de fe' lo que tumbó un poco la película. Coincido en que como espectáculo visual es increíble, pero siento que cuando se trata de ir más allá de lo visual los resultados son irregulares. Me da la sensación de que muchos momentos deben ser buenos en el libro, pero cuando los llevan a la pantalla quedan algo planos. Por no decir el reportero, que no sólo es gratuito sino insultantemente obvio. No sé si se lo piden a Ang Lee en sus producciones hollywoodenses o él ya tiene arraigada la idea de que al público occidental hay que darle todo un poco masticado.

    Saludos.

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  2. Una buena película, muy bien hecha por Ang Lee, digna del Oscar. Un saludo.

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