sábado, 9 de marzo de 2013

DUPA DEALURI: MIL PADRENUESTROS Y VEREMOS QUÉ PASA



Dupa Dealuri (Más Allá de las Colinas)
Cristian Mungiu
2012
Rumania

Al igual que las dunas van siendo creadas y moldeadas por el viento, así parece comportarse Dupa Dealuri, como un gran montículo de arena a merced de fuerzas externas que van modificando la forma del elemento, aunque sin alterar su naturaleza ni condición de duna. En ese sentido, vemos un filme hermosamente bien retratado aunque con cierto grados de abuso en la repetición de las situaciones. Llega un momento donde la novedad ya se ve desgastada.    


Más Allá de las Colinas enfrenta el amor divino contra el amor humano, reflejando las obsesiones a las que se ve sometido el espíritu al verse probado ante sus verdades.

Alina es una joven que llega de Alemania a visitar a su antigua amiga del orfanato, Voichita. Ella es una monja que vive en un convento rumano retirado de la ciudad, un lugar donde el tiempo parece haberse detenido. Alina está claramente alejada de las creencias y costumbres católicas. Eso provocará un conflicto en la personalidad de la muchacha al darse cuenta que Voichita está dedicada un cien por ciento a la vida en el convento.



Es bien sabido que si colocamos un elemento de otra naturaleza en un ambiente que no es el suyo, no sólo afecta al entorno que le rodea, sino que al mismo conejillo de indias, provocando un desequilibrio en la normalidad del día a día. De eso trata Dupa Dealuri, un ejercicio de qué pasaría si una mujer se ve obligada a vivir en un convento sólo por intentar estar al lado de la mujer que ama.

Una historia que desde el comienzo posee una tensión sexual que va siendo reprimida por la oscuridad que va adoptando el filme. Lo que al principio parece ser un relato sobre una posible relación amorosa entre dos mujeres, se convierte en un discurso objetivo sobre los excesos que se pueden tener con el prójimo. ¿Hasta qué punto la ayuda se vuelve pertinente?

La cámara tambalea en el transcurso de toda la película. Largos planos-secuencia nos posicionan en una posible actitud divina, sólo que acá el paradigma es modificado: Dios no ve desde las alturas, sino que parece descender como un humano que se acomoda en su butaca y busca su mejor perspectiva. En los largos planos hay una alusión a la contemplación de la acción: el libre albedrío.

Al finalizar el filme queda la sensación de injusticia. El desenlace es grotesco y humano, aunque objetivo. Más Allá de las Colinas no parece darle esperanzas al hombre obsesionado ni tampoco tiene piedad con el espectador. La oración puede mover montañas, pero también destruirlas. 


1 comentario:

  1. Tuve oportunidad de verla hace algún tiempo pero al final no se pudo. El poco cine rumano que he visto siempre consigue cautivarme así que tal vez sea momento de ponerme a buscarla.
    Saludos.

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