jueves, 14 de marzo de 2013

TARANTINO Y EL LENGUAJE



Es bien sabido que una de las características más fuertes en el cine de Tarantino corresponde a la construcción de los diálogos. Los personajes exponen y clarifican su personalidad a través de las palabras: locuacidad, violencia, análisis y expresividad, son algunos de los elementos compartidos en las conversaciones creadas en la filmografía del director norteamericano.

La charla en el Tarantino style es cool. Desde que la pintoresca Pulp Fiction (1994) vio la luz, que las frases de su autoría han calado en la memoria de diversos espectadores y cinéfilos, siendo repetidas una y otra vez en el inconsciente colectivo y en la denominada cultura pop.

¿Pero qué hace tan especial el lenguaje verbal de los personajes de Tarantino?... Principalmente su repetición y sobre explicación.

En el mundo Tarantinesco la mayoría de los personajes habla de la misma manera. Es casi como un idioma propio con sus modismos, entonaciones y formas. Metódicos para darse a entender (por eso el sobre) y cuidadosos en la comprensión del mensaje. La comunicación en las películas de Quentin cumple el rol fundamental de decir o adelantar lo que sucederá.

El lenguaje también cumple la función de normalizar la violencia. La hace ver como una cosa de lo más común: Vincent y Jules discutiendo de los masajes de pies justo antes de cometer un asesinato. La sangre fría es primordial.    

Tarantino juega con el lenguaje sin miedo al desvarío. Puede crear diálogos memorables hablando de cosas triviales. Porque hablar de lo común con capas de profundidad se vuelve un tema interesante. Like a Virgin de Madonna es un tema que suena familiar en todos los oídos y qué mejor que un grupo de ladrones distendidos discutan sobre el significado de la canción. Transforma en seductora a las cosas que vemos y escuchamos todos los días. Creativo.  

La escena en que Jules Winnfield recita el famoso pasaje bíblico “Ezequiel 25:17” está alineada con el momento de Kill Bill: Volumen 2 (2004) en que Elle Driver le lee a Budd, justo después de haber sido atacado por la víbora, lo letal que era el veneno que corría por sus venas. En ambas escenas se utiliza la cita (aunque la frase de Samuel L. Jackson no sea tal cual a como está escrita en La Biblia). El lenguaje es ocupado como una antesala para la muerte. Prepárate si alguien te da un discurso como ese porque lo más probable es que al minuto siguiente te encuentres muerto. 



En Reservoir Dogs (1992) se hace una utilización diferente del lenguaje, más como si tratase de un rito de iniciación. En la escena en que Freddy (más conocido como Mr. Orange), debe memorizarse una historia para contársela a Mr. White, comienza a aprender el idioma de Tarantino y lo aplica. Básicamente esto ayuda a salvar su trasero y ha ganarse la confianza del ladrón. Es una especie de prueba hacia el personaje de Tim Roth  Se ocupa el lenguaje para indicar un sentido de pertenencia a un grupo. Inteligente.  



En Inglourious Basterds (2009) se empuja al lenguaje a un nivel máximo de jugueteo y travesura (siempre en un contexto violento), ya que cuando acostumbramos el oído es cuando vuelven a cambiar el idioma. Se trata de una especie de pimponeo entre el inglés, francés y alemán, mezclado con los acentos de aquellos mismos. Fonéticamente Inglourious Basterds es una odisea que alcanza su clímax con Aldo Raine en su intento fallido por hablar italiano.   


Existe en los filmes de Tarantino un abanico de personajes claramente identificables entre sí. La caracterización, el género, el color y el vestuario van ayudando a armar piezas individuales muy diferentes entre si, sin embargo, el lenguaje vendría a ser tal vez el único elemento que no cumple esta función, al contrario, este unifica. La comunicación verbal hace uniformes a los personajes, los hace iguales y partes del mundo Tarantinesco. Y a pesar de que Django no hable mucho durante su filme, cuando lo hace, da lecciones de lingüística deletreando su nombre y aclarando que al decir Django la D no se pronuncia. Aunque sea un pequeño detalle esta simple acción lo transforma en parte del sello personal del director.  

La expresión ir al grano acá no corre. En vez tenemos que presenciar un mecanismo lógico y metódico en la expresión verbal de casa personaje, pero como estos grandes rodeos son entretenidos, carismáticos y con pizcas de violencia, no nos quejamos.

El reciclaje continuo, expresiones interculturales que muchas veces le han valido críticas raciales, moralejas orientales y la cultura pop hacen de este sub-lenguaje un idioma conocido y agradable al oído que hacen de su autor no sólo un hábil creador visual, sino que un artista que repite hasta el cansancio sus líneas, hasta que al fin logran acomodarse en la cálida jerga Tarantinesca.      

No hay comentarios:

Publicar un comentario