Es bien sabido que una de las
características más fuertes en el cine de Tarantino corresponde a la construcción de los diálogos. Los
personajes exponen y clarifican su personalidad a través de las palabras:
locuacidad, violencia, análisis y expresividad, son algunos de los elementos
compartidos en las conversaciones creadas en la filmografía del director
norteamericano.
La charla en el Tarantino style
es cool. Desde que la pintoresca Pulp Fiction (1994) vio la luz, que las
frases de su autoría han calado en la memoria de diversos espectadores y cinéfilos,
siendo repetidas una y otra vez en el inconsciente colectivo y en la denominada
cultura pop.
¿Pero qué hace tan especial el lenguaje verbal de los personajes de
Tarantino?... Principalmente su repetición y sobre explicación.
En el mundo Tarantinesco la mayoría de
los personajes habla de la misma manera. Es casi como un idioma propio con
sus modismos, entonaciones y formas. Metódicos para darse a entender (por eso
el sobre) y cuidadosos en la comprensión del mensaje. La comunicación en las
películas de Quentin cumple el rol fundamental de decir o adelantar lo que
sucederá.
El lenguaje también cumple la función de normalizar la violencia. La hace ver como una cosa de lo más
común: Vincent y Jules discutiendo de los masajes de pies justo antes de
cometer un asesinato. La sangre fría es primordial.
Tarantino juega con el lenguaje sin
miedo al desvarío. Puede crear diálogos
memorables hablando de cosas triviales. Porque hablar de lo común con capas
de profundidad se vuelve un tema interesante. Like a Virgin de Madonna es un tema que suena familiar en todos los
oídos y qué mejor que un grupo de ladrones distendidos discutan sobre el significado
de la canción. Transforma en seductora a
las cosas que vemos y escuchamos todos los días. Creativo.
La escena en que Jules Winnfield
recita el famoso pasaje bíblico “Ezequiel 25:17” está alineada con el momento
de Kill Bill: Volumen 2 (2004) en que
Elle Driver le lee a Budd, justo después de haber sido atacado por la víbora,
lo letal que era el veneno que corría por sus venas. En ambas escenas se utiliza la cita (aunque la frase de Samuel L.
Jackson no sea tal cual a como está escrita en La Biblia). El lenguaje es ocupado como una antesala para la muerte. Prepárate
si alguien te da un discurso como ese porque lo más probable es que al minuto
siguiente te encuentres muerto.
En Reservoir Dogs (1992) se hace una utilización diferente del lenguaje,
más como si tratase de un rito de iniciación. En la escena en que Freddy (más
conocido como Mr. Orange), debe memorizarse una historia para contársela a Mr. White,
comienza a aprender el idioma de Tarantino y lo aplica. Básicamente esto ayuda
a salvar su trasero y ha ganarse la confianza del ladrón. Es una especie de prueba hacia el personaje
de Tim Roth Se ocupa el lenguaje para indicar un sentido de pertenencia a un grupo.
Inteligente.
En Inglourious Basterds (2009) se empuja al lenguaje a un nivel máximo
de jugueteo y travesura (siempre en un contexto violento), ya que cuando
acostumbramos el oído es cuando vuelven a cambiar el idioma. Se trata de una
especie de pimponeo entre el inglés, francés y alemán, mezclado con los acentos
de aquellos mismos. Fonéticamente Inglourious Basterds es una odisea que
alcanza su clímax con Aldo Raine en su intento fallido por hablar italiano.
Existe en los filmes de Tarantino un
abanico de personajes claramente identificables entre sí. La caracterización,
el género, el color y el vestuario van ayudando a armar piezas individuales muy
diferentes entre si, sin embargo, el lenguaje vendría a ser tal vez el único
elemento que no cumple esta función, al contrario, este unifica. La comunicación verbal hace uniformes a los
personajes, los hace iguales y partes del mundo Tarantinesco. Y a pesar de que Django no hable mucho durante su
filme, cuando lo hace, da lecciones de lingüística deletreando su nombre y aclarando
que al decir Django la D no se pronuncia. Aunque sea un pequeño detalle esta
simple acción lo transforma en parte del sello personal del director.
La expresión ir al grano acá
no corre. En vez
tenemos que presenciar un mecanismo lógico y metódico en la expresión verbal de
casa personaje, pero como estos grandes rodeos son entretenidos, carismáticos y
con pizcas de violencia, no nos quejamos.
El reciclaje continuo, expresiones
interculturales que muchas veces le han valido críticas raciales, moralejas
orientales y la cultura pop hacen de este sub-lenguaje un idioma conocido y
agradable al oído que hacen de su autor no sólo un hábil creador visual, sino
que un artista que repite hasta el cansancio sus líneas, hasta que al fin
logran acomodarse en la cálida jerga Tarantinesca.
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