Spring
Breakers
Harmony Korine
2013
USA
La
primera escena de Spring Breakers
parece sacada de cualquier momento de Project
X, sólo que la acción transcurre en la costa de Florida: cámara lenta,
música, chicas en bikini, cerveza, agua, éxtasis, una locura total… Pero luego
viene el corte y estamos en otro lugar, una ambientación diametralmente opuesta
a la estética utópica de la primera escena. Casi se siente el olor a pocilga, olor
a disconformidad. En pocos minutos nos
desplazamos de la parranda ideal al submundo de Korine, que con un
existencialismo vestido en bikini nos retrata la actual decadencia del sueño
americano. Y qué más decadente que hacerlo con las verdaderas princesas Disney.
El
argumento tiene como protagonistas a un grupo de 4 amigas que son arrestadas
luego de una alocada fiesta en sus vacaciones de primavera, las tan conocidas “spring
break” en Norteamérica. Un desconocido las ayuda a salir de prisión y se ven
inmersas en un ambiente criminal y oscuro.
Para
retratar este viaje que poco a poco va adquiriendo matices lóbregos, Harmony
Korine, un director no exento de polémicas, usa a dos actrices que nacieron
bajo el poderoso amparo Disney: Vanessa
Hudgens (High school musical) y Selena
Gomez (Wizards of Waverly place). Las princesas son despojadas de su aura
de ingenuidad para interpretar a muchachas ansiosas de diversión desenfrenada,
develando una pulsión autodestructiva latente en todo el filme. Pulsión que
verá su máxima representación en el personaje de James Franco, Alien, un
gángster traficante de armas y drogas que personifica
la materialidad del sueño americano. Su cama llena de dólares y las armas
en sus paredes hablan de los pilares que sustentan este sueño: éxito y
seguridad.
Existe en Spring
Breakers una doble argumentación permanente: Todo lo que
oímos va adoptando una distancia cada vez más lejana con lo que vemos, como si
las palabras intentasen escapar a la fatalidad de la imagen. Chicas que hablan
de una búsqueda espiritual y de identidad en el sol drogadicto y alcoholizado
de Florida. Es que nunca Britney Spears había sonado con tanta violencia y
sentido, un telón de fondo poético para un idealismo demacrado.
“Algunos niños quieren ser presidentes cuando crezcan.
Algunos niños quieren ser médicos. Yo solamente quería ser malo. Me echaron de
la escuela y me pareció genial... Yo me dedico a apilar monedas, a apilar
monedas. Exacto, dinero, me dedico a ganar dinero. Ese es el sueño, ese es el
sueño americano. Eso es. Lo logré.”
Son
las palabras de un James Franco irreconocible, que bien podría caer en la caricatura, pero como en spring break todo
se trata del exceso, entonces su personaje se amolda a la perfección en esta
pintura saturada y desgastada hasta el cansancio.
Transitando
entre el drama y el thriller (increíble es la escena del atraco al local
comercial), esta obra logra mostrar lo
alucinante sin separarlo de lo destructivo, obviando esa decantación
obligada en la que muchas películas caen. Spring
Breakers posee un humor retorcido y oscuro mezclado con la estética y onda
de MTV. Es el gesto grosero de Harmony Korine ante una cultura pop amoral y
preciosista, que, a pesar de todo, nunca pierde la elegancia ante la
decadencia.
Tan contradictoria como crítica, el mundo de Korine, es igual a sus propias prioridades, aunque no sea un seguidor del cine de Korine, esta película es un gran ejemplo de su propio universo.http://asaltovisual.blogspot.com/2013/08/spring-breakers-el-hedonismo-de-korine.html , un saludo
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