Amour
Michael Haneke
2012
Una
pareja de ancianos. Ella enferma, él la cuida. La muerte ronda en el ambiente.
“Amour”
no cuenta cómo se conocieron ni cómo se enamoraron y vivieron felices por
siempre. “Amour” es la película que
comienza después de que acaban los créditos de todas las películas de amor.
Ambientada
en el ocaso de la vida, donde la muerte parece más cercana que nunca, “Amour”
es el relato crudo y realista sobre el tema más universal de tal vez todas las
artes: el amor. Pero no es ni crudo ni
realista porque sus personajes sean desdichados, sino porque la vejez parece
venir acompañada de un velo oscuro y frío para el ser humano, donde más te vale
tener un compañero a tu lado. De esa manera, la historia propone un cambio
de paradigma frente al tema, porque cuando creemos que el amor está asociado a
la juventud, es en la vejez cuando se vuelve verdaderamente imprescindible.
“Amour” es terrible no porque se esmere en serlo, sino porque su evidente falta
de adornos y ficción, la vuelve en ciertos grados, inevitable para cada
espectador.
El
trabajo quirúrgico de Michael Haneke se nota desde el inicio en la sobria
presentación de títulos, con la premisa de mostrar solamente lo esencial:
letras blancas sobre un fondo negro. Para luego darle paso a una imagen limpia,
a la historia sin concesiones del director austriaco.