El Cochecito
Marco Ferreri
1960
Todo cambia en la vida de Don Anselmo cuando uno de
sus amigos, Lucas, se compra un cochecito para movilizarse. Él, totalmente sano
de sus piernas, se ve apartado de este círculo de caducos motociclistas
impedidos y no duda en adquirir un cochecito para él. Parece obstinación, pero
Don Anselmo comienza a vivir en carne propia la necesidad de un sentido de
pertenencia.
Una historia que representa con realismo y humor
negro la rebeldía en tiempos de vejez. Una edad donde la locura es una salida
fácil para el entorno que cuida de un viejo desocupado y más encima “caprichoso”.
El Cochecito narra con simpleza las preocupaciones de
Don Anselmo, quien se considera inválido sin serlo sólo por el hecho de tener
buenas sus piernas. Su familia es fastidiosa con él, aunque esta frase puede
ser afirmada inversamente… Todo depende de la perspectiva.
Parece una historia indefensa, pero justamente logra
pillar con la guardia baja al espectador al ir tornándose en un crudo relato
sobre la soledad. Marco Ferreri bromea con la muerte al más puro estilo
español.
Sin pretensiones formales, El Cochecito logra
reflejar la obsolescencia del individuo transformándose en un objeto de
molestia para su familia. Todo bajo el confuso papel de la “preocupación” que
dejan ver constantemente sus “seres queridos”.
Muy cercano a lo que fue el neorrealismo italiano,
esta película en blanco y negro y muy simple en su construcción juega con la
delgada línea entre el drama y la comedia, sin embargo con una presentación de títulos bastante juguetona dan a
entender la presencia de humor negro que irá tiñendo la trama, humor que va
siendo directamente proporcional al ir avanzando el metraje.
Tan ligera como dura. Don Anselmo será recordado como
el más grande bromista de todos.