jueves, 6 de diciembre de 2012

UNA PELÍCULA DE HIERRO

Tetsuo, el hombre de hierro
Shinya Tsukamoto
1988 (Japón)
 
¿Qué diría Baltasar si viera esta película? Él, tan acostumbrado a la contemplación cansina de la vida. No extrañado de la crueldad, pero sí de futilidad de la imagen. Al plano veloz y fragmentado, al metal y a la carne.
Tetsuo (1988) es una película que parte de una premisa simple: un hombre se comienza a convertir en metal. Bajo esa línea, Shinya Tsukamoto compone un viaje frenético y surrealista, apoyando toda la tensión en malabares visuales que deslumbran durante una hora. 
La simplicidad del argumento le da razón al saturado decorado de cada plano. Es epiléptico a momentos. Mezclando técnicas de stop motion Tsukamoto va haciendo avanzar a sus personajes por una ciudad gris, de cemento, emocionalmente muerta, disecada por el metal.
Sólo son dos los personajes que le dan sustento a la trama. El hombre que se comienza a convertir en metal, y aquel que es atropellado por el primero y que gusta de enterrarse pedazos de metal en su cuerpo. Luego de una descripción detallada de la metamorfosis del primer hombre, contemplamos una lucha incesante entre ambos personajes que poco a poco van siendo sumergidos en una lucha mucha mayor: el metal mismo.
Pero en realidad no importa de qué va la historia. Lo realmente interesante es la puesta en escena precaria que no deja de sorprender. Se sobreentiende que se realizó con un bajo presupuesto: pocos actores, blanco y negro, duración de una hora, utilización de desechos, metales, restos de productos, etc. Pero funciona en el mundo creado por Tsukamoto. Queremos ver cómo la basura se vuelve protagónica. Es el placer mismo de mirar, impresionismo puro. 
Ni siquiera la exageración de los rostros japoneses logran imponerse a la materialidad externa con la que deben luchar. La carne se vuelve víctima del metal y la realidad se representa por medio de un televisor. La cosa adquiere sabor a Cronenberg.
El blanco y negro le da el tono trágico a la historia y aparte logra simpatizar con el metal, que poco a poco se va integrando a los cuerpos. Es cyberpunk directo a las venas, sin concesiones ni sutilezas.
“Tetsuo” logra unificar elementos. La imagen y la fotografía por muy poderosas que parezcan, se ponen también al servicio de la música estridente y marcada. Chu Ishikawa logra transportarnos a una fábrica en medio de la ciudad. Implacable, desolador y mecánico. Un conjunto de sonidos que van al mismo ritmo que el montaje, acelerando y sumando tensión.
La película de Tsukamoto es una historia fragmentada que logra fusionar identidades en elementos homogéneos: metales. La invasión de la industrialización en los individuos mismos.  

2 comentarios:

  1. De hecho es claro cuánto admira Tsukamoto a Cronenberg, hay una secuencia en "Tetsuo" que es idéntica a una de "The fly". Es de esas influencias realmente enriquecedoras.
    En otras cosas no puedo añadir mas que adoro a Tsukamoto, su estilo, su desarrollo, su estética y por supuesto sus películas. "Tetsuo" me conquista, me conmueve y me violenta. Y la amo por eso.

    Saludos.

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  2. 1era y una de las mejores obras del Cyberpunk, la estética de Tsukamoyo y narrativa visual de este director es un logro, que pocos conocen, pero es celebrada de forma total. Me uno a nuevo blog, donde creo encontrar afinidad fílmica, un saludo y mucho cine. http://asaltovisual.blogspot.com/

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