miércoles, 26 de diciembre de 2012

DON ANSELMO Y SU CAPRICHO

El Cochecito
Marco Ferreri
1960

Todo cambia en la vida de Don Anselmo cuando uno de sus amigos, Lucas, se compra un cochecito para movilizarse. Él, totalmente sano de sus piernas, se ve apartado de este círculo de caducos motociclistas impedidos y no duda en adquirir un cochecito para él. Parece obstinación, pero Don Anselmo comienza a vivir en carne propia la necesidad de un sentido de pertenencia.   
Una historia que representa con realismo y humor negro la rebeldía en tiempos de vejez. Una edad donde la locura es una salida fácil para el entorno que cuida de un viejo desocupado y más encima “caprichoso”.
El Cochecito narra con simpleza las preocupaciones de Don Anselmo, quien se considera inválido sin serlo sólo por el hecho de tener buenas sus piernas. Su familia es fastidiosa con él, aunque esta frase puede ser afirmada inversamente… Todo depende de la perspectiva.
Parece una historia indefensa, pero justamente logra pillar con la guardia baja al espectador al ir tornándose en un crudo relato sobre la soledad. Marco Ferreri bromea con la muerte al más puro estilo español.
Sin pretensiones formales, El Cochecito logra reflejar la obsolescencia del individuo transformándose en un objeto de molestia para su familia. Todo bajo el confuso papel de la “preocupación” que dejan ver constantemente sus “seres queridos”.
Muy cercano a lo que fue el neorrealismo italiano, esta película en blanco y negro y muy simple en su construcción juega con la delgada línea entre el drama y la comedia, sin embargo con una presentación de títulos bastante juguetona dan a entender la presencia de humor negro que irá tiñendo la trama, humor que va siendo directamente proporcional al ir avanzando el metraje.
Tan ligera como dura. Don Anselmo será recordado como el más grande bromista de todos. 

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