viernes, 23 de noviembre de 2012

LA MACABRA CONSTRUCCIÓN DE SCAR

Fundada en el año 1923 por Walt y Roy Disney, The Walt Disney Company es la mayor compañía de medios de comunicación y entretenimiento en el mundo. Entre las marcas internacionales que esta empresa posee podemos mencionar a Disney XD, Radio Disney, Disney Channel, Disney Junior, ABC, Miramax Film, Marvel Entertainment, un porcentaje de Capcom, ESPN, Pixar Animation Studios y su más reciente adquisición: Lucasfilm Limited… Eso, para que se vayan haciendo una idea de la hegemonía que esta marca posee a nivel mundial.
La idea es comenzar una seguidilla de post que se enfoquen en el análisis de algunas películas memorables Disney. Memorables porque actualmente ha perdido peso en la audiencia seguidora de films de animación, sobretodo cuando los niños ya no son únicamente el público objetivo. Tal vez eso explique sus deseos expansionistas en el mercado de la entretención.
Comenzamos con una célebre historia que tiene como protagonista a un león. Estrenada el año 1994, El Rey León (The Lion King) fue la película que más dinero recaudó en todo el mundo ese año. Un éxito en las salas y una buena recepción por parte de la crítica.
Basada en Hamlet, El Rey León cuenta la historia de Simba, un león cachorro sucesor del trono que se ve obligado a escapar debido al maquiavélico plan de su tío Scar. Al convertirse en un apuesto y fuerte león joven, Simba vuelve a su reino a reclamar el trono que por sangre le pertenece.
Pero por qué esta historia logró ubicarse en la retina permanente de miles de niños. Básicamente por la osadía de la historia.


Según la estructura aristotélica el primer punto de giro es aquel que cambia el rumbo de la historia, el momento donde se rompe la estabilidad y normalidad presentada al inicio de la historia. En El Rey León el primer punto de giro corresponde a la muerte de Mufasa, el padre de Simba, luego de ser lanzado por su hermano Scar a un cañón por el que pasaba rauda una estampida. El pequeño león encuentra el cadáver de su padre y al encontrarse culpable de su muerte huye despavorido. La tragedia Shakesperiana se hacía notar en un película para niños, quitándole al infante lo más preciado y admirado en su vida: su padre.
Mientras que el segundo punto de giro se produce con el regreso de Simba a reclamar su puesto en la roca del rey. Destronar a su tío y salvar al reino de la destrucción.
Si bien estos dos puntos estructurales de la historia están ejecutados por Simba, es el antagonista quien los produce y promueve. Scar es la maquinaria que le da movilidad a la historia y el que va marcando los tiempos en la narración. Por eso la construcción de su personaje es tan relevante.
Partamos primero con una descripción física de Scar: Es un león macho adulto de melena negra y piel café. Es delgado, casi huesudo y con formas óseas angulosas.

Si comparamos a Scar con su hermano Mufasa no podríamos inferir a simple vista el parentesco, ya que visualmente ambos leones son diametralmente opuestos. Scar es moreno, Mufasa es rubio. Scar se nota débil, Mufasa se ve sano. Estéticamente Mufasa representa el ideal de belleza occidental con su cuerpo fortachón, su liderazgo y sus formas circulares connotando armonía. Mientras que su hermano camina sigiloso, mira reacio a su entorno y su postura corporal connota desapego. Un malagradecido de la vida.
Sobre este sustrato se arma una concepción ideológica aparentemente negativa que se aniquila con el triunfo de Simba.
Cuando nos presentan por primera vez a Scar vemos a un indefenso ratón ser atrapado por las garras de un león. Es él y parece disfrutar con aburrimiento del miedo del pequeño animal. Se acaba de perder el bautizo de su sobrino. Es retraído y parece vivir casi en un lugar “okupa”. Scar detesta a la autoridad: su hermano. Anhela el poder.
En este punto queda claro el hecho de la maldad por la maldad. Si bien a través de los diálogos y monólogos de Scar podemos concluir que hay una cuota de envidia en el antagonista, este no tiene un verdadero motivo para el deseo de poder, un deseo tan grande que lo lleva a asesinar a su propio hermano.
Lo que viene después es tal vez el momento más interesante de la película, y para eso vamos a contextualizar el sistema de vida de los personajes.
Los leones y leonas eran la casta más alta del reino animal. La elite, la aristocracia de la selva. A la cabeza estaba el rey y por ende se establecía una monarquía. Mufasa era el soberano y él y todas sus leonas –porque no habían más leones excepto el cachorro Simba y Scar- vivían en una roca gigantesca. Era el lugar más alto, el castillo donde dormían protegía a la clase más alta. Esto coronaba la estructurada jerarquización salvaje.

Mientras que en el lugar más bajo y vergonzoso de esta jerarquía se encontraban las hienas. Animales relegados en las periferias de la belleza. Mendigos y carroñeros que debían pasar hambre porque su estadía en los terrenos del reino era prohibida. Nunca se explica por qué, ya que su condición de carnívoros era la misma que los leones, y se justificaba el asesinato de otros animales con el tan conocido argumento de “el ciclo de la vida”.

Las hienas eran tan oscuras como Scar. Vivían rodeados de esqueletos de elefantes donde apenas llegaba la luz del sol.
Cuando Scar toma el lugar de su hermano, las primeras en ascender posiciones fueron las hienas. Igualdad entre hienas y leonas, el proletariado en el mismo nivel que la clase alta. Sin embargo esta igualdad se vio menoscabada con la denigración de las leonas al ser la encargadas de buscar la comida.
Scar rompe y se burla de las clases sociales para llevarse consigo a la carroña y posicionarla en los estamentos sociales más altos.
Podría haber sido bello de no ser por los elementos tiránicos que le son sumados al antagonista.
Las pomposas marchas que las hienas le rinden a su amo recuerdan el obedecimiento ciego de los soldados y la idolatría hacia su líder. Sombras que se alzan sobre cuerpos que marchan sobre hondas profundidades en la noche. Scar en las alturas contemplando la magnitud de su persuasión. Casi se pueden notar largas banderas colgando a los lados. Una puesta en escena expresionista y magnánima, que dota a Scar de objetivos siniestros.

La condición de Scar es contradictoria porque perfectamente podría ser un revolucionario, pero su condición antagónica está marcada por la perversidad y maldad. Tanto así que son sus propios lacayos quienes acaban con su vida. Este hecho hace hincapié en la bondad de Simba, una idealización de lo bueno: el protagonista no puede mancharse las manos. Eso le otorga nobleza a su espíritu.
El Rey León promulga el orden y el equilibrio de la sociedad. Porque acá la sociedad SI es un elemento de importancia. Por esa razón Simba se va a este viaje de despreocupaciones durante su infancia y juventud. Pero cuando llega la hora adulta es necesario madurar y volver a establecer las normas. Porque una sociedad anárquica no funciona. Es inestable. Se pasa hambre y el entorno se comienza a pudrir. El ciclo natural se quiebra y poco a poco el sistema comienza a tambalear.
Un discurso acorde a los preceptos occidentales. El miedo a la radicalización encabezado en un solo personaje que bebe de diferentes ideologías: Scar.


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