viernes, 16 de noviembre de 2012

EL CINE ES SURREALISTA

Holy Motors
Leos Carax
2012 


Holy Motors es una rareza. Una visión creativa del oficio del actor, del desdoblamiento de un personaje a otro y del nacimiento de una nueva identidad y la consecuente pérdida de otra.
Al principio parece una historia incomprensible pero poco a poco se van dando atisbos del horizonte observado con mucha más claridad: una pantalla de cine.
Mr. Oscar parece ser alguien importante que tiene un trabajo importante. Va en limusina  y misteriosos encargos aparecen en su lado. Se maquilla y al bajarse del vehículo es alguien diferente. Su trabajo es la representación de diferentes personajes.
Leos Carax logra presentarnos un verdadero teatro de las variedades encarnado en un solo personaje, un viaje surrealista que va dando saltos bizarros por una ciudad que imita a la realidad. Sobre una limusina que automáticamente me hace recordar al hermético protagonista de Cosmopolis, él último paseo de Cronenberg por la ciudad. También el color del vehículo es el mismo, al igual que el nivel de incertidumbre para el espectador.
Holy Motors es una ingeniosa metáfora sobre la realidad representada “para” la pantalla y sobre la continuidad de la “otra” realidad, aquella que hace volver a los actores a sus verdaderos papeles.

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