Probablemente The
Searchers (Centauros del desierto) sea el mejor western que haya visto en
mi vida. Esta película de 1965 es un filme
que habla del racismo de una manera oscura y terrible, y desde el comienzo
ya se puede notar un tenor diferente, una especie de ánimo crepuscular que se
siente desde la figura protagónica de Ethan Edwards (John Wayne), hacia el
exterior. The Searchers logra, en sus
primeros 20 minutos, armar un conflicto potente desde la personalidad de John Wayne -que a ratos parece ser la
personificación misma del western- y los recursos cinematográficos de John Ford. Un comienzo magistral que a
ratos muta a un género que muchas veces es considerado bastardo o inferior: el
terror.