Hard Eight
Paul Thomas
Anderson
1996
USA
Hace
un tiempo atrás comentaba con entusiasmo The
Master, sin duda una de las grandes películas del 2012, engrandecida por la
actuación impecable de Joaquín Phoenix y relatada bajo el genio de P.T.
Anderson. Y justamente ahora tuve la oportunidad de ver su primer largometraje:
Hard Eight (1996), un filme que puede
no estar a la altura de sus últimos trabajos, pero que sin embargo revive el
trayecto inicial de un director admirable.
Hard
Eight contiene varios elementos que Anderson volvería a utilizar en sus
trabajos posteriores. Partiendo por su elenco: Philip Baker Hall, John C.
Reilly, Philip Seymour Hoffman son nombres que se repetirán en una filmografía
que va increscendo. Y desde ya
notamos sus travelling y sus planos-secuencia que tan acostumbrados nos tiene a
ver. Un filme que no significó una
revelación en su momento, pero que guardaba en su interior la mente de un
director capaz de filmar películas memorables… ¡y sí que lo ha hecho!
Hard Eight es una
especie de después-de-créditos oscuro e intrigante. Parece ser que todos los grandes giros ya se sucedieron y ahora
contemplamos la vida de Sydney (Philip Baker Hall), un anciano que pasa sus
días apostando en el casino y que acoge a John (John C. Reilly), un tipo sin
dinero. Sin pedirle nada a cambio le enseña las mañas del negocio y se
transforma en un padre para él. Un ambiente nocturno que Anderson logra
retratar con meticulosidad, aunque en pequeñas dosis. Ambiente que en Boogie Nights sería protagónico al
mostrar los excesos del mundo de la pornografía.
Tal
vez la historia en general es un tanto imperfecta ya que los sucesos parecen
irse dando de una forma caprichosa, pero cuando pasamos al punto de vista de
Sydney, todo parece volverse inquietante. Hay
una especie de trama antojadiza que se vuelve sumamente atractiva al ponerse en
función del anciano, un hombre que parece cargar con un pasado con
demasiado peso. Sydney es un hombre cansado, aunque imbatible. Su personaje ES
la película.
Hard eight es la
combinación de dados al sacar el mismo número, en este caso un par de cuatros,
y el título de la película alude a lo riesgosa de la decisión al apostar por el
hard eight. Como leí por ahí, hay formas fáciles de conseguir la suma del ocho,
the easy way, y la forma difícil, the hard way, que vendrían a ser los dos
cuatros. En este caso Sydney ha apostado
por el hard eight a lo largo de su vida, aunque estas apuestas se nos
mantienen ocultas, dándole el tono de thriller al filme.
Un
inicio prometedor para Paul Thomas Anderson, me recuerda la primera película de
los Coen, Blood Simple (1984). Es que
no necesitamos una perfección de trabajo para entender que lo que estamos
viendo es sólo una pequeña probada del talento de algunos. Y tal vez puede que
los seguidores de Anderson se dividan entre los más magnolianos y los que tienen más afinidad por There Will Be Blood (2007), yo lo veo más bien como una evolución que
nos ha entregado diversidad, pero siempre de una calidad fílmica inigualable.
Sí, fueron buenos tiempos el de las producciones corales de finales de los
noventa con sus largas secuencias y una buena música de fondo, pero el ánimo
crepuscular que invadió sus últimas producciones logra reflejar con maestría la
oscuridad del ser humano… Estoy llegando a pensar que Hard Eight es un equilibrio entre esos dos cines. Antes de comenzar
una carrera, Paul Thomas Anderson supo converger dos estilos que conviven en
total armonía y misterio.
Descárgala aquí:
Que interesante, estaba seguro que su ópera prima era otra, una muy buena opciión para ver, un saludo
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