martes, 6 de marzo de 2012

LA MAGIA DE SCORSESE


  Título: Hugo (La invención de Hugo)
Director: Martin Scorsese
Año: 2011
País: USA




Cuesta entender que Scorsese podría haber dirigido una película de este tipo: familiar, de aventuras, recalcando la inocencia de alguno de sus personajes, sin la violencia presente en memorables como Godfellas, Main Streets o su más reciente Shutter Island. Sin embargo Hugo se alza como una sincera declaración de amor de Scorsese hacia el cine, dejándola como el trabajo más diferente en su filmografía pero a mi gusto, como el más noble.

Asa Butterfield y Chloe Moretz

Paradójicamente Scorsese nos narra una génesis cargada de romanticismo y nostalgia incursionando por primera vez en el 3D (cosa que todavía no veo, y que debido a mi paupérrima situación monetaria no veré) A pesar de esto he sabido por diversas fuentes, que la utilización de esta técnica queda a merced de la narración, cosa que en muchas otras películas no sirve más que para adornar y despistar donde hay un argumento simplón y superficial. De esta manera lo pasado y lo actual convergen para dar vida a una historia conmovedora no sólo para los que aman el cine, sino para todo aquel que disfrute de una buena película.

Hugo es un huérfano que vive oculto en una estación de ferrocarriles francesa y se encarga de los relojes de la estación. Pero su verdadero interés yace en reparar un antiguo autómata conseguido por su difunto padre. Al conocer a una chica que posee la llave que podría hacer funcionar el objeto la historia de Hugo comienza a cambiar. Y es en los periplos de este chico donde cruza historia con el olvidado director de cine y mago Georges Méliès. Personaje en el cual yace el homenaje que pretende hacer la película.

Escena de Viaje a Luna de George Méliés (1902)

Y así como Hugo anhela dar vida, desea mover lo inanimado, el director juega el mismo rol: está detrás de un relato que durante dos horas nos parece real. De esa forma no nos parece tan extraño un Méliès que pasa de la magia al cine. ¿No será que estamos hablando de lo mismo? El poder del director es creador, pero sólo lo que dura la historia, eso lo transforma en un ilusionista. Hugo es una fantasía exquisita con un París impecable - por algo Robert Richardson ganó el Oscar a mejor fotografía-. Las largas secuencias descriptivas sobre la estación nos dan cuenta de un trabajo de relojero, tal como el oficio de nuestro protagonista, el tiempo es un concepto presente en toda la película: el cine se hace sobre el tiempo, así no cuenta Tarkovsky en su libro “Esculpir en el tiempo”.  

De esta manera Hugo encanta a todos. Una historia solidaria con el espectador y respetuosa con su pasado. El verdadero homenaje al cine aunque los premios digan lo contrario.

Scorsese realizando un cameo en Hugo

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