Título: The Artist (El Artista)
Director: Michel Hazanavicius
Año: 2011
País: Francia
Hay
quienes piensan que todo tiempo pasado fue mejor. Una premisa que los
inconsolables llevan como estandarte. Pues The Artist es una de esas películas
que “intentan” rememorar el pasado; las glorias de Hollywood de las décadas 20
y 30. ¿Y cómo? Bueno, haciendo una película completamente muda en pleno siglo
XXI. Lo que se trató de hacer con The Artist es emular el cine mudo, copiando
descaradamente todos los códigos cinematográficos que se utilizaban en ese
momento (transiciones de plano con fundidos, actuaciones teatrales de los
actores, utilización de la banda sonora como apoyo fundamental para subrayar
emociones y obviamente el blanco y negro). Para que quede claro, estos son sólo
algunos elementos característicos del cine mudo que pertenecen a un lenguaje
particular dentro del cine en general. Y son componentes que fueron naciendo
debido a las limitaciones técnicas existentes en el momento. The Artist en
cambio no posee esas limitaciones. Sólo se basa en el lenguaje, pero
evidentemente no lo sabe hablar con naturalidad. Es escuchar a Brad Pitt en
Inglorious Bastards intentar hablar italiano. Es un acento forzado, una
falsedad, una narración ingenua que sin la parafernalia del cine mudo se derrumba.
Y este engaño fue escogida la mejor película por los mismos que piensan que
todo tiempo pasado fue mejor. Y no soy devota de los Oscar para nada, sin
embargo, es irrefutable la influencia que tienen estos premios a nivel mundial
y a nivel de taquilla. Es publicidad automática para quienes salen victoriosos.
Es el cine que va a llenar las salas y en unos años más verán en su televisión
por cable día a día. Entonces ¿podríamos llamar a eso justicia, independiente de
que simpaticemos o no con los festivales?
Los
verdaderos clásicos del cine mudo se hicieron hace ya muchas décadas, y son
esos, los que remasterizados deberían volver a nuestras memorias.
Absolutamente de acuerdo.
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